miércoles, 6 de febrero de 2008

RESEÑA DE LA REVISTA EL EAFITENSE N° 93, NOVIEMBRE 2007- ENERO DE 2008. Medellín, Colombia, Suramerica.

TODO AMOR TERMINA EN EL CENTRO.

El primer Taller Literario en Antioquia fue el
de la Biblioteca Pública Piloto, fundado en
el año 1978 por Jairo Morales Henao y Juan
Luis Mejía Arango, actual rector de EAFIT. Al
año siguiente, Manuel Mejía Vallejo tomaría
las riendas de este grupo y sería director
hasta el año 1994, para pasar a manos de
Jairo Morales, quien ha permanecido como
director hasta el momento.
Los Talleres literarios se han multiplicado
en la ciudad, y actualmente instituciones
educativas y culturales han conformado sus
propios grupos, por lo que se presume que
en Antioquia puede haber cerca de 25 talleres
e
activos, que mantienen un promedio de 15 a
20 integrantes.
En la ciudad, instituciones de educación
superior como el Politécnico Jaime Isaza
Cadavid, la Universidad Pontificia Bolivariana,
la Universidad de Antioquia y EAFIT, cuentan
con grupos literarios y de escritura, donde
estudiantes, empleados, egresados y
docentes participan activamente.
En EAFIT, el Grupo Literario Letras,
conformado hace siete años, cuenta en su
haber con dos publicaciones: ArcaVoces
(2003), un conjunto de poemas y textos cortos,
fruto del trabajo de cinco años ininterrumpidos;
y Ojo de agua (2005), narraciones urbanas
de diferentes tintes y matices. Ambos
textos, evidencian el silencioso, constante
y denodado trabajo de un grupo de lectores
–así les gusta considerarse: más lectores que
escritores– que pacientemente tejen frases,
hilan párrafos, moldean el silencio, construyen
textos y levantan sueños de manera individual
y colectiva, en la blanca y enigmática
geografía del papel, bajo el amparo literario
de la escritora Lucía Donadío.
En días pasados, este grupo presentó su
última producción Todo amor termina en el
Centro, una novela colectiva que surgió de
manera espontánea y que hoy se traduce en
un sueño cumplido. “Una tarde de viernes,
hace más de dos años, nosotros,
los del Grupo Letras, nos fuimos
para el centro de Medellín a
tomarnos un café y despedir
un semestre más de lectura,
escritura y textos compartidos
(…) Diego dijo: “¿Por qué no
hacemos un ejercicio de escritura
colectiva el próximo semestre…?
¿Qué tal si apostamos a que
cada uno es un personaje que
vive en uno de estos edificios
del centro…? Cómplices de
este sueño, nos unimos a él.
Permitimos que la idea se fuera
pegando a nuestra piel, que
echara raíces en nuestra alma,
lenta y fuertemente”, comenta
Lucía Donadío.

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